GUARDIÁN DEL VALLE: CERRO EL PLOMO

«El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron». [Gaston Rébuffat]

Por Roberto Salazar Ortega.

Como parte de nuestros desafíos como equipo, y por tercera vez, nos fuimos a intentar nuevamente el “guardián del valle” o cerro El Plomo de 5.424 MSNM. Las dos veces anteriores no pudimos hacer cumbre. La primera vez por puna de uno de los nuestros y  la segunda vez, fui yo el que me sentí mal (ya iba congestionado de Santiago). Pero esta vez, la tercera, planificamos muy bien la salida, entrenamos durante todo el año y nos fuimos: Eva, Moisés y yo (Roberto)

….El comienzo

Decidimos subir por la Parva. Pensamos que ese día 31 de diciembre de 2019, el andarivel que lleva al portezuelo “El Franciscano” estaría funcionando, así nos ahorraríamos 2 horas y media de caminata hasta aquel portezuelo. Para nuestra sorpresa no fue así, el andarivel no estaba funcionando. Pero ya estábamos ahí, así que asumimos que deberíamos caminar esas 2 horas  media. Eran las 4 de la tarde. La idea de subir por el andarivel era para caminar 4 horas solamente y llegar con luz al primer campamento: Piedra Numerada a 3.370 metros sobre el nivel del mar.

Portezuelo el Franciscano

Pero la jornada ese primer día se nos extendió a  unas 6 horas y media aproximadamente. Fue duro y frustrante para mí haber caminada esas dos hora y media de más. Pasado el estero las Llaretas, sobre la última bajada a “Piedra Numerada”, me vino un bajón y me sentí responsable de haber elegido esa ruta. Pienso que el peso que llevábamos sobre la espalda más esas dos horas de caminata extra, que no teníamos contempladas, hicieron que me desmotivara por algún momento. Pensé hasta en pedirles a mis compañeros de cordada en que abortáramos la expedición.  Por un momento llore como un niño, tal vez fue rabia, cansancio, pero siento que con ese llanto y con el apoyo de mi compañera Eva, que estaba en ese momento, solté todo lo que tenía acumulado en esas 5 horas y media de caminata. Llegamos a nuestro primer campamento a eso de las 9 y media de la noche. Moisés había llegado unos 40 minutos antes, y ya preparaba el campamento y cena para después descansar. Esa jornada cenamos, comenté lo que me había pasado, en fin, ya estaba nuevamente motivado, más aún, ver al “guardián del valle” de noche con su glaciar y rodeado de miles de estrellas. Nos tomamos algunas fotos para capturar el momento y nos fuimos a dormir.

Nuestro segundo día comenzó a las 8 de la mañana. Un día maravilloso, tomamos el desayuno y comenzamos a levantar el campamento. Varias carpas habían alrededor, pero un grupo destacaba.

Eran de una empresa, Vertical creo que se llamaba. Eran alrededor de 15 carpas y unas 4 carpas-comedor. También iban a subir el cerro El Plomo. Partimos ese segundo día a eso de las 10 de la mañana, por suerte en el estero El Cepo no hubo que meterse al agua, a esa hora no traía tanto caudal, como suele suceder al atardecer producto de los deshielos. Lentamente avanzamos, sin apuro, ya que lo importante era no sentir ningún malestar producto del MAM (Mal de Altura de Montaña). Agua… mucha agua le hice tomar a mis compañeros de cordada. La idea fue que, la primera jornada, tomáramos 1 litro y medio de líquido. Este segundo día 2 litros de agua durante el trekking y el día de cumbre 2 litros de líquido más. Para este caso llevamos de esos jugos isotónicos en polvo. Llegamos a campamento “Federación”, 4.100 msnm, a las 4 de la tarde aproximadamente. Fuimos a conocer el nuevo refugio “Cristobal Bizarri”, en el que caben unas 12 personas y que habían instalado e inaugurado el 2019 en honor al montañista chileno, que perdió la vida en el Parque Nacional Huascarán, cordillera blanca, Perú.

Refugio Cristobal Bizarri, Campamento base «Federación»

Llegamos y estaba ocupado con una cordada compuesta por 3 personas. Venían de hacer cumbre en El Plomo. Agotados y cansados nos dijeron que comían algo y ordenaban sus cosas por que bajaban ese mismo día hasta Valle Nevado. Así que decidimos quedarnos en el refugio y no armar nuestra carpa. Preparamos nuestro almuerzo, comimos y organizamos las cosas para el día de cumbre. Estábamos en eso cuando llegan dos personas al refugio, preguntando si podrían alojar ahí. ¡Claro! Les dijimos, no hay problema, espacio hay y mientras más personas más calor hay, considerando el frio que hace en la montaña. Cabe destacar que el refugio es agradable y muy térmico. No pasamos frio. Hay que agregar también que a diferencia de los otros años que intentamos cumbre el frio era mayor. Las dos personas que llegaron eran un guía y su cliente norteamericano que venía de subir el Kilimanjaro en África, de unos  5.895 msnm y ahora se disponía a subir el guardián de valle: El Plomo. Todo ordenado y dispuesto nos fuimos a acostar a eso de las 7 u 8 de la tarde.

Vista desde sector La Hoya hacia campo base Federación

Las alarmas de nuestro celulares sonaron al unísono a las 3 de la madrugada, hora que habíamos decidido levantarnos, tomar desayuno y salir camino a la cumbre. Estaba helado, por lo menos unos 2 a 3 grados bajo cero. A medida que ascendíamos la temperatura fue bajando. Decidimos, después de unas 2 horas de caminata, tomarnos un café en el refugio “Agostini” a unos  4.600 metros. Es un pequeño refugio para unas 5 personas, construido en los años 60. Nos quedamos 1 hora ahí, esperando que amaneciera un poco y que el sol, que ya comenzaba a salir, nos pudiera entregar un poco de calor. Hacía frío. Las manos, a pesar de los guantes, las teníamos heladas.

Moisés preparando el café.
Refugio Agostini

Seguimos el largo caminar que hay desde el refugio Agostini hasta la cumbre con hermosos paisajes. Las fotos son lindas, pero estar ahí y maravillarse con el paisaje cordillerano es otra cosa. Poco antes de cruzar el glaciar “Iver” pasamos por el centro ceremonial de altura Inca o “Adoratorio” a unos 5.200 msnm. Este centro ceremonial se compone de 2 grupos: El “Adoratorio” y unos 200 metros más arriba el “Enterratorio”. (https://www.mnhn.gob.cl/613/w3-article-5029.html?_noredirect=1) (https://www.andeshandbook.org/media/documents/2_Cerro_Plomo.pdf)

Eva y yo descansando. Atrás la pirca o adoratorio Inca a unos 5.200 msnm
Glaciar «Iver»
Enterratorio Inca. Se puede apreciar los vestigios de las fosas.

Llegamos para cruzar el glaciar Iver. Son unos 80 metros de hielo y para cruzarlo fue necesario ponernos los crampones para mayor seguridad. Seguimos el camino a la cumbre. Cada paso costaba más. Cuando llegamos al “Enterratorio” Inca, ya se podía visualizar la cumbre. Entre lomas y lomas no llegábamos nunca. Pareció eterno es pequeño tramo hasta la cumbre. Finalmente y justo al mediodía, coronábamos esa cumbre tan anhelada. Primero llego Moisés, luego Eva y finalmente yo. Cuando llegué a la cumbre nos abrazamos y lloré. Recordé lo que me había pasado la primera jornada y verme ahí en la cumbre fue emocionante. Creo que para mis compañeros de cordada fue lo mismo. Descansamos un par de minutos mientras nos tomábamos las fotos de rigor (Foto de cumbre) y comenzamos el descenso. Aún nos quedaban unas 4 a 5 horas de descenso.

En la cumbre

De vuelta en el refugio “Cristobal Bizarri” en campo base “Federación”, almorzamos a eso de las 5 de la tarde, ordenamos nuestros equipos y comenzamos a descender para pasar la última noche en campamento Piedra Numerada. Esta vez, antes de llegar a Piedra Numerada, tuvimos que meternos al agua en el estero El Cepo, que ahora sí traía agua…y helada. Una vez en Piedra Numerada, armamos nuestra carpa, cenamos y nos dispusimos a descansar, después de la agotadora jornada.

De vuelta hacia campamento «Piedra numerada»

Para el día 3 enero 2020, nuestro cuarto día en la montaña y con más relajo, desayunamos y levantamos campamento y comenzamos el descenso hacia la Parva. El cansancio era visible en el equipo, algunas resbaladas, sin consecuencias gracias a Dios, denotaban ese cansancio y algún que otro calambre. Llegamos por fin hasta nuestro vehículo, que hace rato veíamos desde lejos, pero parecía que nunca llegábamos a él. Nos abrazamos y nos tomamos la última foto, esa que es la verdadera foto de cumbre: cuando todo el equipo llega sin novedades hasta donde se empezó.

Ultimo día en la Montaña
Esta es la verdadera foto de cumbre

Gracias al equipo que logró este desafío: A mi pareja y compañera apañadora Eva y a la máquina de mi hermano Moisés.

Nos vemos la próxima…… En el cerro!!!

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